Esa persona aparece en tu vida de repente para
darle el toque de alegría que te faltaba, que ameniza las clases, que te saca
de quicio pero incluso en esos momentos te divierte.
Apenas le
conoces pero en muy poquito tiempo le coges un cariño inmenso, tanto a él como
a su forma de ser y sabes casi más de él que de gente con la que llevas desde
siempre.
Te alivia saber que todavía quedan personas que merecen la pena, que te contagian la alegría y el positivismo y que estarías dispuesta a clonar con tal de poder tenerlo cerca siempre para animarte si te pones triste.
Te alivia saber que todavía quedan personas que merecen la pena, que te contagian la alegría y el positivismo y que estarías dispuesta a clonar con tal de poder tenerlo cerca siempre para animarte si te pones triste.
Es una persona sensible, atrevida, alocada... Más o menos alguien muy parecido
a ti, a quien decides hacer un huequecito en tu ajetreado corazón porque se lo
ha ganado con creces. Alguien a quien le puedes adivinar el estado de ánimo
sólo por el cambiante color de los ojos, que sabes que acabará siendo
importante y que no te puedes permitir perder.
Te cuenta sus historias, la mayoría casi
inverosímiles (excepto las amorosas, claro) y esperas poder seguir oyendo esas
historias durante mucho tiempo, sobre todo las que demuestran que es todo un
romántico y eso que quedan pocos.
Empieza siendo un compañero para convertirse en un amigo, en uno de los buenos, de los que quieres conservar para siempre, de los que quieres conocer todo, bueno o malo, porque sabes que lo primero siempre ganará a lo segundo.
Empieza siendo un compañero para convertirse en un amigo, en uno de los buenos, de los que quieres conservar para siempre, de los que quieres conocer todo, bueno o malo, porque sabes que lo primero siempre ganará a lo segundo.
En definitiva, unas persona que aunque conozcas
desde hace nada haya acabado siendo vital.
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