martes, 17 de enero de 2012

Noche mágica

Los primeros rayos de sol asomaban ya entre los pequeños huecos de la persiana.
Sentía su respiración muy cerca, en el que esperaba que se convirtiera en su lado de la cama. Ella se encontraba boca abajo, tapada con el edredón blanco de plumas, sonriendo tontamente.
Había sido una noche mágica.
Llevaba mucho tiempo esperando que ocurriera y se habían cumplido todas sus expectativas. Había sentido todas y cada una de las partes de su cuerpo como suyas propias.
El simple hecho de recordarlo le hacía estremecerse.
Se convirtieron en uno solo, una única alma rebosante de pasión y dulzura a la vez, llenando todo el espacio comprendido entre las cuatro paredes de su dormitorio.
Deseaba con ansias repetir aquel momento.
De repente, notó cómo él la destapaba con delicadeza. Su dedo comenzó a recorrer su espalda, trazando círculos alrededor de sus infinitos lunares.
Era una sensación maravillosa.
- Por fin te has despertado - le dijo en tono meloso.
Se dio la vuelta y se colocó encima de él, retomando donde lo habían dejado anoche.

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