martes, 25 de octubre de 2011

...

Te miro, me miras, sonríes y... VOILÀ! Ya estás en mi cabeza.
- ¡BASTA, deja de pensar en él! - me digo; y procuro concentrarme en otros asuntos o personas. Por un momento creo que lo he conseguido pero un segundo más tarde tu imagen vuelve y tengo que empezar todo el proceso desde el principio.
Dos meses después he repetido tantas veces ese inútil intento que al final acabo desistiendo.
- Un poco tarde para olvidarte - pienso, y ya no paro de darle vueltas al hecho de que quizás debería decirte que Te Quiero y dejar que tú decidas el futuro que nos espera.
Siguen pasando los días y no termino de convencerme de si pasar la pelota a tu tejado es la mejor opción. Me conozco y sé que puede pasar una eternidad antes de dar el paso.
De todas maneras, la conclusión que he sacado de pasadas experiencias es que decírtelo sólo me lleva a venideros días tristes en los que me pregunto cómo he podido ser tan idiota de hacerlo.
Entonces, ¿qué puedo hacer?¿No sería sino llevar la contraria a las antiguas malas experiencias?
Por otra parte, no debo ser cobarde así que lo pensaré con calma y aunque no podré evitar lo inevitable, creo que decírtelo será lo mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario